Con motivo del 50º aniversario de la fundación del pueblo de Santa Engracia en Zaragoza, el Ayuntamiento decidió encargarme una escultura con identidad propia para conmemorar ese hito hist´órico y homenajear a quienes lo hicieron posible. Fue inaugurada el día 15 de Abril de 2023.
La simbología de esta escultura, realizada en barro refractario, forja y cemento como materiales principales, además de las baldosas con el texto conmemorativo, decorada con óxidos y tierras, intenta ser universal, pues representa a todos los colonos que llegaron en aquel momento y por primera vez, a poblar Santa Engracia en la provincia de Zaragoza. Y por colonos me refiero tanto a los que llegaron para trabajar las tierras y asentarse aquí con su primera vivienda, como a los que optaron por tener aquí su segunda vivienda ya en aquellos principios y que colaboraron al levantamiento de la comunidad con la misma ilusión y el mismo esfuerzo, todos a una. Sus descendientes, la segunda generación, ya ha enraizado y creado aquí su hogar en una gran mayoría, y los que no viven a diario siguen acudiendo a menudo a su segundo hogar y participando de las actividades de su pueblo. Así, Santa Engracia es el lugar donde uno encuentra bienestar y amistad.
La figura es una pareja, vestidos de campesinos, sencillos y trabajadores. Sus cuerpos surgen de la tierra porque representa la unión entre el hombre, la mujer y la tierra portadora y dadora de tantos frutos para alimentarnos. La posición de sus manos lo representa todo: unidos en el amor y el cuidado mutuo (es la mano que está en la espalda), unidos en el esfuerzo y en el trabajo (son las manos que sujetan la espiga) y unidos en lo más sagrado, que es la vida nueva que llega, los hijos (es la mano que se apoya en el vientre de la mujer, embarazada). La fuerza tan necesaria, representada en el tamaño de sus manos y sus brazos. Levantan sus rostros con orgullo y serenidad, por el trabajo bien hecho.
Gracias a ellos y a ellas, que son nuestros yayos y nuestras yayas, podemos hoy disfrutar de nuestro querido pueblo del que nos sentimos muy orgullosos y orgullosas, y al que llamamos cariñosamente Aldea Gala. Gracias con mayúsculas a su esfuerzo y gran sacrificio en un momento en que no tenían ni lo más básico todavía y que tuvieron que luchar duro de sol a sol y crear toda una comunidad de la nada.
Aunque, a decir verdad, lo más básico si lo tenían… pues era EL AMOR Y LA ILUSIÓN.
Y DE ESTA MANERA SANTA ENGRACIA QUEDA ETERNAMENTE AGRADECIDA Y HOMENAJEA CON ESTE MONUMENTO A TODA UNA GENERACIÓN DE VALIENTES EMPRENDEDORES.
UNOS VINIERION A QUEDARSE Y OTROS SE QUEDARON DESPUÉS DE VENIR. TODOS ECHARON RAÍCES.
Santa Engracia, además, es un pueblo que camina hacia el futuro, pues ya andamos por la tercera generación que viene pisando fuerte. Y no se descartan cuartas generaciones que, en un plazo de tiempo no demasiado largo, gracias a nuestros jóvenes, construyan y mantengan en pie el legado de sus antepasados.
Muchas gracias a todos los que me permitieron participar en este homenaje, a través de mi trabajo. Es muy especial para mí.